domingo, 19 de octubre de 2014

El amor de Israel por su hijo José

Viviendo Israel, hijo de Isaac, en la tierra de Canaán y teniendo a sus doce hijos con él, los hijos de Lea, Raquel, Bilha y Zilpa se empieza a relatar la historia del joven José, quién a sus diecisiete años era el hijo más amado de Israel, debido a que fue el hijo que tuvo en su vejez, aunque claro, también estaba Benjamín, pero tal vez dado que era más pequeño que José, quizás no era aún el centro de atención de su padre, pero si sabemos que más adelante era también un hijo muy amado de Israel.

Israel había dado a su hijo José una túnica de diversos colores (o una túnica larga con mangas, según la Septuaginta)  la cual era una señal clara del amor especial que Israel sentía por su hijo amado.

Los hermanos de José al ver el gran amor de Israel por su hijo José empezaron a aborrecerle y fueron incapaces de tratarlo de forma pacífica, dando lugar a la envidia hacia su hermano.

José entonces tuvo dos sueños, sabemos que los sueños son una de las formas mediante la cual Nuestro Padre Celestial puede darnos revelaciones personales para guiar nuestra vida, de modo que algunos sueños pueden ser inspirados y quizá representan acontecimientos futuros aún por verificarse, así fue con los sueños de José:

"Y soñó José un sueño y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.

Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:

He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y quedaba erguido, y vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban ante el mío.

Y le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros o te enseñorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y de sus palabras."

                                                                                                                           [Génesis 37:5-8]

Sabemos que José fue, como lo expresó Nefi:

"...preservado por la mano del Señor para que salvara del hambre a su padre Jacob y a toda su casa"

                                                                                                                           [1 Nefi 5:14]

Así que de este modo el Señor estaba indicando el rol que desempeñaría José frente a sus hermanos, los hijos de Israel.

José tuvo un segundo sueño:

"Y soñó aún otro sueño y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.

Y lo contó a su padre y hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es éste que soñaste? ¿Acaso vendremos yo, y tu madre y tus hermanos a inclinarnos ante ti en tierra?

Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre reflexionaba sobre eso."

                                                                                                                           [Génesis 37:9-11]

Sabemos que después José fue enviado por su padre a ver el estado de los rebaños de oveja y para saber como estaban sus hermanos, más ellos conspiraron para arrojarlo muerto a una cisterna, pero Rubén quería librarlo de las manos de ellos de modo que les dijo que lo colocaran en la cisterna pero que no lo mataran, deseando el encontrar la ocasión de sacarlo más adelante y entregarlo a su padre Israel.

Habiendo colocado a José en la cisterna, que estaba vacía (sin agua), y luego que le hubieron quitado la túnica de colores, mientras comían pan Judá propuso a sus hermanos que lo vendieran a los mercaderes madianitas, descendientes de Ismael, hijo de Abraham, que iban pasando en una compañía rumbo a Egipto y lo vendieron por 20 piezas de plata.

José es vendido como esclavo a Egipto 

Al parecer todo ocurrió en ausencia de Rubén de modo que éste al volver, pensando en liberar a su hermano, encontró que la cisterna estaba vacía:

"Y Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro y rasgo sus vestidos.

Y volvió a sus hermanos y dijo: El joven no aparece; y yo, ¿adónde iré yo?"

                                                                                                                          [Génesis 37:29-30]

Los hermanos de José tomaron la túnica de colores y la mancharon con sangre de cabrito y la enviaron a Israel para hacerle creer que su hijo había sido despedazado por algún animal.

"Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos y estuvo de duelo por su hijo muchos días.

Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas el no quiso recibir consuelo y dijo: Porque yo enlutado descenderé hasta mi hijo al Seol. Y lo lloró su padre."

                                                                                                                         [Génesis 37:34-35]

Esta escritura me llego al hueso, se nota que el amor de Israel por su hijo José era tremendo, que bendecido era José por tener un padre que lo amaba tanto, que dolor tan inmenso debe haber llenado el corazón del buen Jacob, al grado de que nadie de su familia podía consolarlo por la pérdida de su hijo amado.

Los ismaelitas vendieron a José en Egipto a Potifar, un oficial del Faraón, así José iba rumbo a pasar grandes dificultades, pero finalmente Dios hizo que él desempeñara un papel muy importante entre los egipcios, guardando alimentos en los años de abundancia y administrando estos alimentos en los años de hambruna que sobrevinieron, convirtiéndose Egipto en el lugar al cual todos acudieron en busca de alimentos, incluso Israel y sus otros once hijos, sin saber que encontrarían a José a cargo de todo aquello.

Hacia el final del primer libro de Moisés se relata como los hermanos de José tuvieron temor cuando murió Israel:

"Y viendo los hermanos de José que su padre había muerto, dijeron: Quizá nos aborrezca José y nos de el pago de todo el mal que le hicimos.

Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo:

Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque te trataron mal; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

Y vinieron también sus hermanos, y se postraron delante de él y dijeron: Aquí nos tienes por siervos tuyos.

Y les respondió José: No temáis, ¿acaso estoy yo en lugar de Dios?

Vosotros pensasteis hacerme mal, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener con vida a un pueblo numeroso.

Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló y les habló al corazón."

                                                                                                                             [Génesis 50:15-21]

También en la traducción inspirada de José Smith de la Biblia encontramos las palabras de Israel a su hijo José acerca de como sus sueños habían sido cumplidos:

"Y Jacob dijo a José: Cuando el Dios de mis padres se me apareció en Luz, en la tierra de Canaán, el me juró que me daría a mí, y a mi descendencia, la tierra por heredad perpetua.

Por tanto, oh hijo mío, me ha bendecido al levantarte para que me seas por siervo, salvando a mi casa de la muerte;

al librar a mi pueblo, tus hermanos, del hambre que era grave en la tierra; por lo cual el Dios de tus padres te bendecirá, así como al fruto de tus lomos, de modo que benditos serán sobre tus hermanos y sobre la casa de tu padre;

porque tú has prevalecido, y la casa de tú padre se ha inclinado ante ti, así como te fue mostrado antes que fueses vendido para Egipto por las manos de tus hermanos; por lo que tus hermanos se inclinarán ante ti, de generación en generación, ante el fruto de tus lomos para siempre;

porque tú serás una luz a los de mi pueblo, para librarlos de la esclavitud en los días de su cautividad; y para traerles la salvación, cuando estén completamente oprimidos por el pecado."

                                                                                                                            [TJS Génesis 48:7-11]


Israel y sus hijos, Israel bendice a José

Vemos que las palabras de Jacob hacia su hijo José se extendían como una profecía hacia el futuro, declarando como Dios iba a favorecer a la posteridad de José, de modo que por medio de la posteridad de José el resto de la casa de Israel sería librada de la opresión del pecado trayéndoles la salvación.

Sabemos que los nefitas y lamanitas pertenecían por genealogía a la tribu de José, de modo que en la actualidad muchos de sus descendientes habitan américa (permanecieron solo los lamanitas, pero por las promesas hechas a Nefi sabemos que entre los lamanitas algunos se habían mezclado con los descendientes de Nefi, de modo que permanecen aún en esa mezcla descendientes sanguíneos de Nefi, al menos en parte), más aún, cada persona al unirse a la iglesia recibiendo el bautismo pasan a formar parte de la casa de Israel, como lo enseñó Pablo:

"Es decir: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados en la descendencia."

                                                                                                                                   [Romanos 9:8]

Y un poco más adelante hablando de que la salvación de Dios llegaría también a los Gentiles el apóstol Pablo escribió:

"Como también en Oseas dice: 

    Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo; y a la no amada, amada.

    Y acontecerá que en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán llamados hijos del Dios viviente."

                                                                                                                                 [Romanos 9:25-26]

Al recibir la bendición patriarcal, que es una guía y privilegio que se da a cada miembro de la iglesia, a fin de que tenga una profecía dirigida de forma personal a su propia vida, es en esa bendición que el patriarca que ha sido autorizado para ese fin, le indica a la persona cual es la tribu a la que pertenece dentro de Israel, siendo un hecho notorio que muchos miembros de la iglesia han sido declarados como descendientes de Efraín y Manasés, los hijos de José, hijo de Abraham, de ese modo cumpliéndose aún las palabras de Israel de que José sería una luz para el resto de la casa de Israel.

Debemos notar una gran semejanza entre la historia de José y Jesucristo:

Porque Jesucristo también fue vendido por algunas piezas de plata -las 30 piezas de plata que recibió Judas- y el amor que sentía el Padre Celestial por su hijo amado, es como el amor de Israel por José.

Sin duda nuestro Padre en los cielos debe haber sentido un desconsuelo irreconciliable al ver a su hijo entregado al sufrimiento y dolor que le impusieron -los romanos y el pueblo judío- al castigarle con azotes, espinas, al escupirle y hacerle cargar una pesada cruz, para consumar su muerte, habiendo el entregado su vida voluntariamente, librándonos de la cautividad del pecado al expiar nuestros pecados en Getsemaní mediante su padecimiento (tal como José fue una herramienta preparada por Dios con un propósito similar de librar a Israel y así como su descendencia sería una luz cuando Israel estuviera oprimido por el pecado).

Prueba de que Nuestro Padre estaba realmente triste al presenciar lo que sucedía a Jesucristo se encuentra en las palabras de Mateo:

"Y cerca de la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: ¡Elí, Elí!, ¿lama sabactani? Esto es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?"

                                                                                                                                     [Mateo 27:46] 

El sufrimiento de Jesucristo en Getsemaní quedó plasmado en estas palabras de Lucas:

"Y el se apartó de ellos a una distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían a tierra."

                                                                                                                                    [Lucas 22:41-44]

La indiscutible moraleja es que ojala podamos recordar en nuestras dificultades mayores que a veces Dios tiene un gran propósito que cumplir, siendo nosotros mismos una herramienta escogida por él para ayudar a otros, en el caso de José, el fue la herramienta para salvar al numeroso pueblo de Israel en el tiempo de hambruna y claro también a los Egipcios y a las personas de otros pueblos que venían a comprar de lo que José había guardado mediante la guía de Dios.

También Cristo tiene alimento para las épocas en que nuestra alma tenga hambre y sed, el nos guía para que seamos felices.

2 comentarios:

  1. Siempre me ha gustado mucho la vida de José ya que a mi también el Señor me ha mostrado en sueños muchas cosas que me sucederían en mi futuro... Y tener esos sueños ha sido maravilloso... También me gustaría entender un poco mas la vida de Job. ya que cuando la he leido no la he logrado comprender bien, solo se que él fue grande en el amor y respeto que tenia para el Padre Celestial. y lo otro que me llama la atencion es poder comprender porque a Saul lo sacaron como rey para llamar a David de tan joven... Que hizo el rey Saul?

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    1. El libro de Job es un extenso dialogo de Job con sus amigos, luego de ser herido con severas aflicciones por mano del adversario, que Dios permitió como una prueba para su alma, el mantuvo su fe en Dios y en su Redentor Jesucristo.

      Lo que más me llama la atención del libro de Job es que a pesar de que su prueba fue tan grande que incluso llego a sentir el deseo de morir, Dios sabiendo eso parece no haberle juzgado y lo defendió de sus amigos que lo acusaban de haber pecado y haber traído así el mal sobre su propia alma, más Dios lo llamo: "Job, mi siervo".

      Creo que el libro en general es una gran enseñanza a todos nosotros sobre las pruebas difíciles de la vida y como Dios nos bendice al final si las sobrellevamos como Job, también nos enseña que Dios no nos juzgara de forma negativa por nuestros sentimientos de desesperanza, puesto que el sabe lo complicado que son algunas cosas, más deja las cosas suceder como experiencia para nosotros mismos, que es al fin y al cabo una de las cosas que más necesitamos en esta vida.

      Me encanta el libro de Job está lleno de verdades expresadas en forma poética.

      Sobre Saul no me acuerdo mucho, voy escribiendo mi blog a medida que voy estudiando y en el antiguo testamento todavía no he vuelto a pasar por la historia de los reyes.

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