sábado, 24 de mayo de 2014

El Plan de Misericordia

Antes de venir a esta tierra todos vivíamos en la presencia de Dios, ninguno de nosotros tenía un cuerpo de carne y huesos en aquel entonces, vivíamos solo con nuestro cuerpo espiritual, sin embargo, Dios ya nos había dado el libre albedrío o libertad de escoger y nuestro fue el privilegio de tomar la determinación de continuar avanzando y venir a la tierra a revestirnos con un cuerpo de carne y huesos, fue el propósito de Dios desde el principio probar nuestra capacidad de obediencia a sus mandamientos en este mundo, con el fin de poder lograr su principal objetivo respecto de cada uno de nosotros, el cual fue revelado claramente al profeta Moisés:

"Porque, he aquí, ésta es mi obra y mi gloria: Llevar a cabo la inmortalidad y la vida eterna del hombre."

                                                                                                                                       [Moisés 1:39]

En algún momento de aquella vida preterrenal nos fue presentado el plan de Nuestro Padre Celestial que delineaba claramente el desafío que se nos presentaba, las oportunidades que tendríamos debido a nuestra existencia aquí en la tierra, las bendiciones que podríamos alcanzar en caso de tener éxito y triunfar y los castigos que podrían sobrevenirnos en caso de fracasar.

Dios sabía que como seres humanos cometeríamos errores, sabía que el pecado entraría al mundo y consiguientemente que la muerte sobrevendría sobre cada uno de sus hijos en algún momento. Sabiendo pues estas cosas, en su infinita sabiduría el nos ofreció el Plan de Misericordia, para librar nuestras almas de las garras de la muerte y el pecado. Este plan consistía en que el efecto mortífero y dañino del pecado sería contrarrestado por la expiación infinita y liberación de un Redentor, de modo que los hombres y mujeres de la familia humana quedasen para siempre libres de todas las cadenas que impidiesen su progreso eterno.

Con gozo y alegría fue recibido este plan majestuoso por los hijos de Dios:

"¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes entendimiento.

cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?"

                                                                                                                                         [Job 38:4,7] 

El personaje escogido para ser nuestro Redentor fue el Señor Jesucristo, como se declara en la epístola a Tito:

"aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
  
 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras." 

                                                                                                                                         [Tito 2:13-14]

Jesucristo venció la muerte y el dolor mediante su resurrección, de manera que la vida de cada hombre y cada mujer se extenderá gratuitamente más allá del sepulcro, a esta duración eterna de la vida en un cuerpo resucitado le llamamos inmortalidad, sin embargo, eso no es todo lo que Cristo nos ofrece, adicionalmente el efectúo una expiación infinita por cada uno de nosotros, para ayudarnos a librarnos de nuestro pecados personales y de ese modo estar a cuentas con Dios, tal como lo declaró el profeta Isaías:

"Lavaos, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo.

Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, socorred al oprimido; haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.

Venid ahora, dice Jehová, y razonemos juntos: aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana."

                                                                                                                                       [Isaías 1:16-18]

Tales han sido las palabras de Dios a los profetas respecto de la responsabilidad que tiene cada ser humano de esforzarse para quedar libre de los efectos nocivos del pecado, es una responsabilidad ineludible el estar continuamente preparándonos para ser aprobados por aquel que nos concedió la oportunidad maravillosa de venir a ejercer nuestro albedrío e inteligencia en este mundo. Por consiguiente, dado que todos cometemos errores en esta vida, nos vendría muy bien nunca olvidarnos de un principio básico y clave que nos sacara de aprietos: "El arrepentimiento".

El verdadero arrepentimiento consiste en un maravilloso cambio de actitud que proviene de la fe y amor en el Señor Jesucristo, el hombre o mujer que verdaderamente se arrepiente está dispuesto a cambiar todas las cosas en su corazón y modo de pensar que no están de acuerdo con los mandamientos y enseñanzas de nuestro amado y misericordioso Dios, teniendo desde entonces una disposición total a abandonar los malos comportamientos de los que previamente haya sido presa, ejercitando su mente y su cuerpo para abandonar los vicios y decidiendo completamente seguir la rectitud y las buenas obras, sin importar las burlas o vergüenzas que el mundo le presente debido a este excelente cambio de actitud.

El Señor Jesucristo se refirió a la importancia del arrepentimiento de cada persona en este mundo:

"Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento."

                                                                                                                                            [Lucas 15:7]

Es decir, el mayor gozo para aquellos que moran en el cielo viene en la medida en que los hombres abandonan completamente sus pecados, logrando así el propósito de su existencia mortal en la tierra: La obediencia a los mandamientos de Dios.

En cuanto un hombre ha ejercido la fe en Jesucristo, habiendo sido por tanto impulsado a arrepentirse de sus propios pecados para ser perdonado por el Señor y limpiado mediante su Expiación, entonces un nuevo requisito se presenta inequívocamente a todos por igual: El Bautismo.

El Bautismo es un requisito esencial para cada persona, Jesucristo lo enseñó claramente así:

"Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo que el que no naciere de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios."

                                                                                                                                           [Juan 3:5]

Ese es el nivel de importancia con el que Jesús el Salvador se refirió a esta ordenanza inicial y se refirió a dos formas de bautismo, un bautismo en el agua y un bautismo por medio del Espíritu.

Nuestro padre Adán fue el primero en recibir esta importante ordenanza:

"Y cuando el Señor hubo hablado con Adán, nuestro padre, sucedió que Adán clamó al Señor, y lo arrebató el Espíritu del Señor, y fue llevado al agua, y sumergido en el agua, y sacado del agua.

  Y de esta manera fue bautizado, y el Espíritu de Dios descendió sobre él, y así nació del Espíritu, y fue vivificado en el hombre interior."

                                                                                                                                     [Moisés 6:64-65]

Se distingue claramente en esta escritura la forma en que Adán recibió los dos tipos de bautismo.

En la actualidad en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se efectúa la ordenanza del bautismo por inmersión y posteriormente a cada persona que haya cumplido ese primer requisito se le confiere el don del Espíritu Santo, este es el derecho de tener la influencia constante del Espíritu Santo en su vida, en otras palabras, es el llamado "bautismo de fuego".

Sin duda hay muchas cosas más sobre las cosas que nuestro Dios ha planeado para nuestra probación terrenal, pero estas son las básicas que debemos lograr: La Fe en Jesucristo el Redentor, el Arrepentimiento de Nuestros Pecados y el Bautismo por Agua y la recepción del Espíritu Santo.

lunes, 19 de mayo de 2014

El Libro de Mormón

En los escritos del profeta Isaías leemos la siguiente profecía:

"Entonces serás humillada; hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz desde la tierra como la de uno que evoca a los espíritus, y tu habla susurrará desde el polvo"
 
                                                                                                                                    [Isaías 29:4]

El profeta Isaías escribió claramente que habría un pueblo que iba a ser humillado por el Dios de Israel, cuyas palabras susurrarían desde la tierra. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días nos enseña cual fue ese pueblo y cuales fueron sus palabras.

Desde el día 21 de Septiembre de 1823 el joven profeta José Smith comenzó a recibir la visita de un ángel celestial llamado Moroni, al recibir esta visita José relató como el ángel le instruyó por primera vez sobre un antiguo registro que se encontraba oculto:

Moroni visita a José Smith

"Dijo que se hallaba depositado un libro, escrito sobre planchas de oro, el cual daba una relación de los antiguos habitantes de este continente, así como del origen de su procedencia. También declaró que en él se encerraba la plenitud del evangelio eterno cual el Salvador lo había comunicado a los antiguos habitantes."

                                                                                                                 [José Smith-Historia 1:34]

El ángel así enseñó al joven José Smith, repitiéndole su mensaje 3 veces la noche que lo visitó y una vez más al día siguiente. Luego hubo un período de 4 años, en el cual al final de cada año José Smith se reunía con el ángel Moroni para recibir nuevas "instrucciones e inteligencia concernientes a lo que el Señor iba a hacer, y cómo y de qué manera se conduciría su reino en los últimos días."

                                                                                                                 [José Smith-Historia 1:54] 

El día 22 de Septiembre de 1827 el mismo Moroni entregó las planchas a José Smith para que este pudiera llevar a efecto la traducción de los caracteres grabados en el antiguo registro al idioma inglés.


Moroni entrega las planchas a José Smith

En la actualidad conocemos este nuevo volumen de escrituras con el nombre de "El Libro de Mormón", el libro narra la historia de 3 grupos de personas que vivieron en América:

 -El primero conformado por los descendientes del profeta Lehi que provenían de Jerusalén en la época del "primer año del reinado de Sedequías, rey de Judá" [1 Nefi 1:4], aquella fue la misma época del profeta Jeremías, es en esta época cuando el pueblo estaba a punto de ser llevado cautivo por los Babilonios, dicho grupo se dividió en dos naciones: Los Nefitas y los Lamanitas.


Lehi y su familia

 -El segundo grupo fueron los descendientes de Mulek y sus acompañantes, uno de los hijos del rey Sedequías, este Mulek a diferencia de Lehi fue conducido hacia el Norte, sin embargo, sus descendientes finalmente se encontraron y se unieron con los Nefitas para formar un solo reino. Es poca la información que se nos ha hecho llegar sobre este Mulek y su pueblo en el período antes de unirse al pueblo de Nefi.

 -El tercer grupo es el de los Jareditas que fueron guiados desde la Torre de Babel hasta el continente Americano, su historia en la actualidad la conocemos desde el Libro de Éter, el libro número 14 dentro de los 15 que componen las escrituras del Libro de Mormón, no obstante las planchas de oro contenían una parte sellada, escrita por el hermano de Jared, sobre la que sabemos que Moroni había recibido un mandamiento muy específico de protegerla y resguardarla de los gentiles:



Los Jareditas abandonando la Torre de Babel


   "He aquí, he escrito sobre estas planchas las mismas cosas que vio el hermano de Jared; y jamás se manifestaron cosas mayores que las que le fueron mostradas al hermano de Jared.

    Por tanto, el Señor me ha mandado que las escriba; y las he escrito. Y me mandó que las sellara; y también me ha mandado que selle su interpretación; así que he sellado los intérpretes, de acuerdo con el mandamiento del Señor.

    Porque el Señor me dijo: No irán a los gentiles sino hasta el día en que se arrepientan de su iniquidad, y se vuelvan puros ante el Señor.

    Y el día en que ejerzan la fe en mí, dice el Señor, así como lo hizo el hermano de Jared, para que se santifiquen en mí, entonces les manifestaré las cosas que vio el hermano de Jared, aun hasta desplegar ante ellos todas mis revelaciones, dice Jesucristo, el Hijo de Dios, el Padre de los cielos y de la tierra, y de todas las cosas que en ellos hay."
                                                                                                                                        [Éter 4:4-7]

   Las revelaciones del Libro de Mormón que fueron dadas al hermano de Jared y selladas por Moroni se conocen como "la parte sellada", las cuales serán reveladas cuando el Señor estime que nuestra fe es como la del hermano de Jared.



Libros que componen las planchas de oro y las fuentes desde donde se escribieron


   Adicionalmente también existe en las planchas de oro el "Libro de Lehi", el cual fue inicialmente traducido por José Smith, pero el manuscrito de 116 páginas de la traducción fue robado por hombres malvados que tramposamente alteraron su contenido con la intención de hacer creer al mundo que si José volvía a traducir las mismas escrituras el no obtendría el mismo resultado que antes, para así poder afirmar falsamente que la obra no era inspirada. Por esa razón José fue guiado a continuar la obra sin volver a traducir el Libro de Lehi, habiendo estimado el Señor que era suficiente para sus propósitos publicar los escritos de "las planchas menores de Nefi" que contenían un relato parecido al Libro de Lehi.

   El Libro de Mormón ha sido una fuente de tremendo aprendizaje para mí sobre el evangelio de Jesucristo, es un libro que vale la pena leer varias veces y cada vez que vuelvo a nutrirme de sus enseñanzas mi vida mejora sustancialmente puesto que nos ayuda a mantener viva la fe en el Salvador y Redentor Jesucristo, sus páginas llenas de emociones nos muestran diferentes aspectos del Evangelio que se convierten en valiosos tesoros para el alma que busca conocer las cosas de Dios.

   Dicho libro ensancha el conocimiento que un cristiano puede obtener de las escrituras, porque aclara muchos puntos esenciales del Evangelio que al ser analizados con la Biblia por sí sola dan lugar a la duda, por la falta de claridad y por las diferentes opiniones que las personas dan, que finalmente terminan en innumerables controversias, el Libro de Mormón aparece en nuestros días como el medio de derribar muchas falsas doctrinas y alumbrar como un faro junto a los escritos de la Biblia (y todas aquellas escrituras que Dios nos presente como su palabra) nuestro camino como personas que buscan ser más como el Señor Jesucristo nos enseñó.

   El Libro de Mormón actualmente esta disponible en muchos de los idiomas.

   ¡Hasta la próxima!.

domingo, 18 de mayo de 2014

Primer post

   En este blog escribiré las cosas que me parezcan más interesantes y nutritivas para compartir al alma del lector, según lo que vaya aprendiendo y recordando en mi estudio personal del Evangelio de Jesucristo, experiencias del día a día, descubrimientos o redescubrimientos personales de los diferentes conceptos sobre los cuales escribiré.

   Al escribir nuevos post tratare de guiarme por la verdad, según la misma claridad con que he aprendido las verdades del Evangelio en La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y en casa, así es que haré mi mejor esfuerzo en poder entregar contenido de alta calidad.